LA ABSTRACCIÓN DE BARJOLA
- Motivarte
- 7 feb 2018
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Juan Antonio Galea Barjola nació en el seno de una modesta familia de labradores, en Torre de Miguel Sesmero, Badajoz, el 19 de septiembre de 1919. En 1919 inició sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios de Badajoz, continuándolos a partir de 1943 en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Alternó su docencia con continuas visitas al Museo del Prado y el Casón del Buen Retiro, donde pronto se despertó su profunda admiración por la obra de Franciasco de Goya , que dejó una indeleble huella en su arte y en su perpetua atención a la figura humana.

Después de una larga y premiada trayectoria, el mayor reconocimiento llegó en 1985 cuando le fue concedido el Premio Nacional de las Artes. La obra de Barjola, como era de esperar, sufrió una marcada evolución desde sus jóvenes comienzos extremeños hasta el reconocimiento de la madurez.

En la década de 1950 tentó el campo de la pintura abstracta, quizá llevado por la corriente informalista que removió la Europa del momento y con inspiración en la obra de Pablo Picasso, si bien es cierto que acabando la década volvió a una figuración que no abandonaría nunca, utilizando una técnica de acentuados empastes y sobriedad cromática.

Durante la década de 1970 se decantó por una pintura de marcado contenido social, para evolucionar en la de 1980 y 1990 hacia un expresionismo crítico, con vocación de denuncia que se trasladó también al uso del color, con mezclas estridentes y contrastadas.

Donó más de un centenar de obras para la creación del Museo Barjola en Gijón, decisión a la que, seguramente se vio impelido por los orígenes asturianos de su esposa Honesta Fernández, con la que tuvo un hijo, el arquitecto José Antonio Galea. Murió en Madrid, a los 85 años de edad, el 21 de diciembre de 2004.
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